viernes, 11 de febrero de 2005

YO FLIPO, TÚ FLIPAS...

él, flipa, nosotros flipamos, vosotros flipaís, ellos flipan.

Del latín flipare/is, que ni yo ni nadie sabe muy bien que narices significa.

Y añado;
por muy paralímpico que sea, por muy reintegrado en la sociedad que esté, por muy buena persona que sea hoy en día; yo le quitaba las cinco medallas, la distinción honorífica, la silla de ruedas, y lo metía en un agüjero de por vida.

No creo en la redención ante según qué cosas. No al menos de éste modo. Pase porque esté en libertad si la justicia así lo ha decidido y él ha cumplido su condena, pero no creo que deba tener acceso a las mismas libertades o posibilidades de un ciudadano normal. No estoy diciendo que no pueda tener un trabajo y llevar una vida normal con una reinserción adecuada. Estoy diciendo que para esta gente que una vez cruzó una línea que jamás debería de haber sido cruzada, los premios, las medallas y las palmadas en la espalda deberían de estar prohibídas por ley, aunque sólo sea por respeto eterno a los hijos de los fallecidos.

"Mira, mira como le ponen una medalla de 100 metros lisos al asesino de tu padre... que será asesino, pero oye, corre que se las pela"

A mi, personalmente, me parece un disparate. Me gustaría pensar que para los que asesinan inocentes de manera indiscriminada no habrá vuelta atrás jamás. Si bien es cierto que el mensaje que se le manda a los terroristas en activo es positivo (Aún puedes abandonar y rehacer tu vida), el mensaje que se manda a los futuribles es mucho peor. (Puedes entrar y salir... y aquí no ha pasado ná)

Lo dicho; un disparate.

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