jueves, 17 de noviembre de 2005

LA TECNOLOGÍA INÚTIL

¿De qué sirve un móvil con funciones GPRS para una persona “normal”?
¿Para qué quiere mi madre la tecnología G3?
¿De qué narices le sirven 20 Mb de conexión a mi hermana?
¿Por qué los móviles llevan 17 intrincadas y complejas tecnologías que hacen que su funcionamiento sea absurdamente complejo e incómodo?

Parece que las empresas tecnológicas de un tiempo a ésta parte están participando en una carrera sin fin contra no se sabe muy bien qué o quién. Cada día aparecen cientos de aparatos absurdos entre los que acaba destacando el que realmente nos facilita las cosas y nos hace la vida más cómoda y en general los “cacharros” con funcionalidades (y muchas veces manejo) más complejos, quedan relegados (de ahí también su precio) hacia un “target” muchísimo más reducido o especializado.

El problema es que la vorágine tecnológica que a todos nos envuelve en mi opinión está llegando a límites francamente absurdos.

Ahora cualquier móvil del mercado cuenta con prestaciones que un usuario común jamás usará. Cualquier conexión a interné (con tilde en la e) posee mucho más ancho de banda que el que una persona “normal” va a usar en su vida, y cualquier mierda de aparato te permite saber qué tiempo hace en Japón o programar que se te avise cuando en China se hace de noche: Utilísimo.

El problema no es ese. El problema es que podríamos tener acceso a tecnologías mucho más baratas si las gamas bajas de los aparatos no incluyeran toda una serie de características absurdas que la mayoría de gente no necesita. Y el que quiera jugar a un juego de tenis en el móvil, o escuchar Mp3 y saludar a su amigo “Yoshiro” en videoconferencia a tiempo real , pues que lo pague. Pero que a los demás nos dejen en paz. Coño.

Y lo dice alguien como yo, con dos cojones, adicto a los videojuegos, a interné, que con 9 años ya trasteaba con un “Spectrum”, que lleva toda la vida comprando cachivaches y al que le encantan las chorradas tecnológicas. Pero creo que éste ha de ser un mercado de mínimos y no de máximos. DVd’s que sólo reproduzcan DVD’s. Teléfonos que sólo sirvan para llamar y recibir llamadas. Calculadoras que sólo calculen y todas esas funcionalidades que jamás vamos a usar para nada pero que extrañamente están empeñados en colocarnos, que nos las descuenten del precio. Por favor. Gracias señorita.

Y no hablemos de cuando lo accesorio funciona y lo fundamental y necesario no lo hace.

“Manolo, estamos sin cobertura a punto de ser asesinados por un asesino que acaba de entrar en casa con un hacha en la mano, menos mal que nos podemos echar un tenis a dos vía Bluetooth que si no menudo mal rato”

Sin comentarios.

Derrochamos dinero adquiriendo tecnologías que jamás vamos a utilizar y las empresas derrochan el dinero dándonos acceso a servicios que al final nadie usa. Es lo que se viene llamando el “Doble derroche Starlux”.

Mientras tanto algunas de esas tecnologías van calando y acabamos enviando innecesarios SMS a todas horas, estamos conectados vía bluetooth en todo momento, tenemos acceso a una ingente cantidad de información de la que nunca sacamos provecho. Descargamos cosas que nunca utilizamos. Ni lo haremos.

Tiramos el dinero y el tiempo pero la tecnología lejos de ayudar nos va deshumanizando y la peña ya no se toma un café en un garito lleno de humo porque ya se lo ha contado todo a “chucho” y total, “pa eso le mando un SMS”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esta hoy usté sembrao, amigo Manu.

Totalmentedeacuerdojosemaría que dijo aquel.