EN VERDAT OS DIGO...

Que desde "Half Life 2" y "Escape from Butcher Bay" no he vuelto a tocar los videojuegos. Bueno, miento, intenté instalar Morrowind y decidí a los dos días que jamás sacaré suficiente tiempo para jugar a ese juego. Nunca. Y me gustaría, porque aunque la historia tiene cierto tufillo rancio, si se le instalan los 250.000 millones de mods y add ons creados por una de las comunidades de jugadores más altruistas (junto con la de OFP y Half Life) que existen, el juego es una delicia para los sentidos. Sobre todo para la visual. Fijaos que a veces me dan ganas de instalarlo sólamente para pasear, lo que me hace sospechar que me estoy metamorfoseando en un Pokemon con forma de sofá, volviendome más vago de lo que debería, porque coño, para pasear ya tengo la calle y además creo que es SuperVga, con zillones de colores y tiene unos gráficos acojonantes. La calle, digo.
Soy otro de esos humanos que paga religiosamente una cuota de un gimansio al que no va ni para atrás. Pero eso sí, menudo enfasis con el que empecé... como con el Morrowind más o menos.