miércoles, 26 de enero de 2005

LOS PELIGROS DEL SIGLO 21

Quietos paraos. ¿Quién dijo que los que amamos la informática somos gente que no ama el riesgo en cada una de sus facetas?

"Una niña de 13 años de la localidad italiana de Savona, en el norte del país, necesitó tratamiento de un especialista ortopédico tras escribir al menos 100 mensajes cortos, o sms, al día. Le recetaron antiinflamatorios y le ordenaron reposo para las manos"

Desde aquí creemos que hay que atajar el problema de raiz cambiando el especialista ortopédico por un especialista en psiquiatría de manera urgente.

Otra opción sería quitarle el móvil a la niña, pero ya se sabe que los niños tienen derechos intocables y que si nos ponemos muy duros, la criatura se nos podía frustar y eso sí que no. Antes muerta que sensilla.

Todo esto me recuerda otro de los principios absurdos de Von Verdergh: "Una frustración es como una fantasía sexual, a largo plazo resulta más divertido alimentarla que consumarla. O no."

Si es que en verdat os digo...

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