más absurdo del mundo.
Cuando uno es chiquitín, los valores que uno recibe por parte de sus padres (y en general los educadores que uno tiene a esa edad, profesores, nanis, cuidadores, canguros...) suelen estar basados en valores absolutos relacionados con la bondad, la fraternidad, la solidaridad, la comprensión, la empatía...
"Pablito, cómete la puta sopa ¿No ves que se mueren miles de niños de hambre en el mundo todos los días?"
Y claro, se come uno la sopa con cierta solidaridat para poder apartar de la conciencia la culpabilidad de la muerte de miles de niños Africanos sintiéndose además asquerósa e injustamente afortunado por ello.
"Pórtate bien y no pegues a Miguelito".
Y aunque tu instinto te dice que lo que Miguelito está pidiendo a gritos es una colección de collejas de la marca ACME, cedes anteponiendo tu educación a tus deseos.
Y si no has sido bueno, al final de año no hay regalo.
"Toma cabronazo, aquí tienes dos kilos de carbón por romperle los dientes a Miguelito"
(Les juro que se lo merecía como nadie)
Pero llega un momento en la vida en que las cosas comienzan a ser chungas, ya saben ustedes, ese momento en el que uno se levanta una mañana y de repente deja de ser feliz y empieza a cuestionarse cosas. Y vas a tus padres a preguntarles y recibes una extraña respuesta:
"Bueno hijo, es que el mundo es asín. Cuida de ti mismo y no dejes que te machaquen"
¿EIN? ¿Me están diciendo que es hora de ir a casa de Miguel a partirle las piernas haciendo justicia a la par que me someto a mis instintos más primarios?
Y es que a partir de ahí todo es distinto. "Hijo mío, si te pegan, pues pegas y no dejes que se te coman"
Y el mundo pasa de ser un entorno idílico dónde todos hemos de hacer el bien por cojones, a un sitio dónde triunfa el más fuerte, el que más chufla, el que más tiene, el que más empuja y de paso el que más miente, engaña, extorsiona, chantajea y pufea.
Y digo yo... ¿No sería mejor que desde el principio nos lo hubieran dejado claro?
Es que luego resulta que está todo Dios acudiendo al psicólogo, tomando Prozac como si fueran galletas, con unos trastornos de ansiedad del copón bendito y demás síntomas claros de una especie de "desilusión" universal que sufrimos todos al descubrir de verdad de qué cojones va la cosa.
Es algo así como el "Hype" de la vida real. Que te digan desde el primer momento que la vida es una puta mierda y así por lo menos te ahorras desilusiones sólo comparables a casos como el "Path of Neo".
Que me ha desilusionado casi más incluso que la vida real. Que ya es decir.